Desde tempranas horas de la mañana de ayer, 21 de abril, quedaba abierto el Real Santuario de Araceli por la celebración de la Misa de Romeros y para que los centenares de fieles que iban llegando a la cumbre de la sierra de Aras desde distintos puntos de la geografía andaluza, pudiesen contemplar la belleza de María Santísima de Araceli, que entronizada en el templete romero y luciendo la vestimenta de pastora en terciopelos y brocados color coral que le regalara una familia devota, esperaba el momento que todo el mundo esperaba, la hora de la salida...
No sería hasta las tres en punto de la tarde, cuando las salvas irrumpieran en el azul del cielo, y la peregrina silueta de la Patrona de Lucena y del campo andaluz quedara recortada en la arcada de medio punto de la pequeña ermita, comenzando así la gran romería de bajada.
Francisco Javier Reyes fue el manijero encargado de traerle a Lucena su Señora, junto con "el pueblo" que pudo portar las andas en varias ocasiones, como viene siendo habitual.
A las siete de la tarde aproximandamente se produjo la entrada de la Virgen a Lucena, dónde en la conocida como "Puerta de la Mina" la excelsa Patrona fue recibida por miles de lucentinos, las autoridades civiles y eclesiales, la Banda de Música de Lucena y la A.M. Humillación y Servitas que la acompañaron hasta la Parroquia Mayor de San Mateo. En ese mismo lugar, la corte de damas de este año tomo el relevo, materializado en un ramo de flores, entregado por las damas del año anterior, que más tarde dejarían a los pies de la Santísima Virgen de Araceli.
Así, entre los cantos populares que habían alegrado el camino desde la sierra, los fandangos y las sevillanas, la Señora de esta tierra, recorríó las calles de una Lucena engalanada, colmada de júbilo y gloria con Su presencia, que la recibía un año más con numerosas petaladas hasta llegar a la Plaza Nueva, donde alrededor de las 21:00h se producía la triunfal entrada de María Santísima de Araceli en el templo junto con sus fieles, entre los que cabe destacar la numerosísima cantidad de jóvenes y niños que la acompañaron durante toda la jornada en este Año Jubilar Aracelitano en el marco del Año de la Fe.
En el interior del templo, el Rvdo. Vicario de la Campiña dedico unas palabras de bienvenida a la Virgen que finalizaron con el canto de la Salve y el Himno que el poeta José María Pemán escribiera para Ella.
"Postrados a sus plantas los lucentinos, desde el valle a la sierra con sus canciones"
(FOTO: Pablo Delgado)
- Fotografías: Manuel Espejo
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