Cada nuevo mes de julio en el Carmelo florece una Flor...
Y es que la Señora del Carmen baja del cielo de su retablo para mostrarse más cercana posando sus benditas plantas sobre el barrio que la venera y recordarnos que el santo escapulario es concededor de tantas y tantas gracias, porque quien lo lleve puesto en la hora postrera, irá directamente junto al Padre Eterno el primer sábado que Ella baje para salvar almas.
Y es que la Señora del Carmen baja del cielo de su retablo para mostrarse más cercana posando sus benditas plantas sobre el barrio que la venera y recordarnos que el santo escapulario es concededor de tantas y tantas gracias, porque quien lo lleve puesto en la hora postrera, irá directamente junto al Padre Eterno el primer sábado que Ella baje para salvar almas.
Os dejamos un breve reportaje de la Señora de la Barrera tomado durante su besamanos el pasado domingo.
La Virgen se presentó a los pies del presbiterio luciendo saya blanca a juego con el manto que había sido colocado sobre los hombros a modo de capa, y sobre su pecho el escapulario carmelita cruzado por banda con los colores de la patria.
La Virgen se presentó a los pies del presbiterio luciendo saya blanca a juego con el manto que había sido colocado sobre los hombros a modo de capa, y sobre su pecho el escapulario carmelita cruzado por banda con los colores de la patria.
Cabe señalar que este hecho de lucir la saya blanca y no marrón junto al escapulario no es totalmente correcto en la advocación carmelita. Si bien es cierto que primitivamente las Vírgenes del Carmen no tenían porque ser vestidas exclusivamente con saya marrón y manto blanco llegándose a representar incluso con manto azul o terno rosa, pero la combinación de este año es más propia de la orden de San Jerónimo que de la Carmelita.
Aún así este detalle queda justificado al saber que su hábito de salida estaba siendo limpiado, ya que la Archicofradía no ha podido tener acceso hasta estos días a cambiar a la Virgen desde que finalizaron los cultos en su honor el pasado año.
Aún así este detalle queda justificado al saber que su hábito de salida estaba siendo limpiado, ya que la Archicofradía no ha podido tener acceso hasta estos días a cambiar a la Virgen desde que finalizaron los cultos en su honor el pasado año.
Aprovechamos estas líneas para reconocer el enorme esfuerzo de ese grupo de jóvenes que trabajan por mantener a flote la Archicofradía. Que no se dejen vencer por el desánimo a pesar de los numerosos obstáculos que encuentran en su camino, pues seguro que la Señora del Carmen que siente ese dolor como suyo y sobre su pecho cada Martes Santo, estará guiándolos para solventar los problemas que encuentran en su parroquia.
