viernes, 12 de abril de 2013

Amor y Paz - Martes Santo 2013

Pasadas las 19:45h. de la tarde salía una de las cofradías con más hermanos de cuantas procesionan en nuestra ciudad.
Tras la lectura del pregón de la Sentencia y el pregón del Ángel celebrados en la intimidad del templo minutos previos a la salida, la Cofradía del Cristo del Amor y la Virgen de la Paz, tercera y última hermandad del Martes Santo, iniciaba su desfile encabezado por la cruz de guía que, escoltada por sendos faroles daba paso a una larga y ordenada fila roja y blanca de hermanos de vela.

Tras el desfile de cera, el portentoso Nazareno del Amor, resultado de la fusión del busto que realizara el maestro Alonso Cano junto al cuerpo, pies y manos que tallaran en el XIX Andrés Cordón y Luis Tibao, salía desde el templo vestido con túnica alba lisa sobre el santeril trono de plata de estilo neogótico, mientras la A.M. Sta. María Magdalena del Arahal entonaba los sones correspondientes.
El blanco Rey de San Mateo lució sobre sus sienes una nueva corona de espinas regalada por su manijero, Francisco Huertas.  Dicha pieza, cargada de simbología, ha sido realizada en el taller de joyería del conocido cordobés Manuel Valera Pérez.
En cuanto al adorno del trono, el Santísimo Cristo del Amor cambió sus tradicionales claveles rojos, pillando por sorpresa al pueblo de Lucena,  por un novedoso exorno a base de claveles blancos y rosas color lila para el centro del frontal de la canastilla.

Tras el paso de Cristo, un frondoso ramillete de mantillas escoltaban a la Reina de la Paz, dolorosa que popularmente se conoce como Virgen de las "Campanitas" por las numerosas campanillas que cuelgan de los varales de su paso de palio.
La Novia del Martes Santo lucentino paseó su dulce llanto a hombros de una cuadrilla mandada por Rafael Sabán, luciendo el fajín realizado en el taller sevillano de Martín Santoja, que estrenaría días antes durante su besamanos.
El adorno floral estuvo compuesto a base de azucenas y clavel blanco, rosas blancas para las violeteras y gladíolos rojos para el centro de la delantera.

La previsión de lluvia obligó a recortar el itinerario habitual, sorprendiendo a la cofradía en el centro de la Plaza Nueva, dónde el paso del Cristo del Amor sufrió una leve llovizna esperando la entrada del palio de la cofradía Servita, que paulatinamente cruzaba el cancel de San Mateo entre las marchas dedicadas por su Agrupación Musical.
Tras la entrada al templo del Nazareno del Amor, lo hizo de manera apresurada el inmaculado paso de palio de la Virgen de la Paz, desencadenándose un fuerte aguacero en el momento exacto en el que Ésta última dolorosa del Martes Santo lucentino atravesaba el arco de medio punto de la parroquia.

Esperemos que el tiempo corra a favor de todas las hermandades el próximo año, pero en especial, de la Cofradía de Amor y Paz que con esfuerzo han recuperado el antiguo misterio lucentino de la crucifixión, que en menos de 365 días volverá a ver la luz en las calles de nuestra mariana ciudad.















- Fotografías: Magnífico reportaje de LucenaHoy

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