El primero de los pasos en salir desde este pequeño rinconcito sagrado de la calle Ancha, fue el de Nuestro Padre Jesús de la Bondad, el portentoso Rey gitano salido de las gubias del cordobés Francisco Romero Zafra, que abraza a la cruz y cautiva a tantos corazones de su feligresía...
Así, escoltado por los altos candelabros que iluminan el paso y sobre un monte de claveles rojos, el Señor de las Felipensas salió a las calles a hombros de una cuadrilla liderada por Jose Luis Muriel, luciendo la túnica de brocado color malva que llamó la atención entre el ambiente fúnebre del desfile que ponían las notas de la música de capilla.
Detrás de su Hijo y cerrando el cortejo de procesiones del Domingo de Ramos, consolada por sus mantillas y en eterno diálogo con San Juan evangelista, salía la Emperatriz de la calle Ancha, María Santísima del Divino Consuelo bajo riguroso palio color burdeos a juego con su manto y luciendo la saya rosa bordada en oro bajo diseño de Javier Aguilar, que sus devotos le regalaron para la pasada festividad de la Inmaculada Concepción.
Su cuadrilla fue mandada por Francisco Bujalance y el exorno floral del paso corrió a base de sencillas piñas de clavel blanco estrategicamente colocadas en cuanto a forma se refiere.
Tras la cola de su manto, la Sociedad Didáctico Musical Banda de Música de Lucena ponía broche de oro al Domingo de Ramos.
Minutos antes de entrar ambos pasos en su templo, se produjo el emotivo y tradicional encuentro y acercamiento de los pasos.
- Fotografías: LucenaHoy
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