El Niño, impaciente, como todo aquel pequeño que espera algo con ganas, se ha puesto el trajecito de pastor y con báculo en mano, ya está preparado para guiar el próximo domingo a todo su rebaño de almas, desde la sierra hasta el pueblo...
Mientras tanto, en pleno corazón de Lucena, las campanas de San Mateo la seguiran soñando mientras le cantan el ángelus cada mediodía... Y es que, en una semana, Su silueta serrana y peregrina se recortará bajo el arco de medio punto que preside San Mateo.
"Baja hasta nosotros, igual que una vena de amor celestial"
- Fotografías: Mª Carmen Moreno
No hay comentarios:
Publicar un comentario